Sobre este libro, decir que lo compré en una librería de viejo de Murcia. Lo primero que me encontré al abrir sus páginas fueron las dedicatorias que uno de los autores Juan Barceló, secretario de la Academia Alfonso X el Sabio, le escribía a Paco Carles, un conocido psiquiatra de Murcia que tenía afición a la literatura, y que desde radio y prensa ejercía como crítico. La coautora del libro es, su nuera, Ana Cárceles Alemán. Todo esto lo descubrí buscando información sobre los autores en google y pronto resolví las incógnitas.
El libro, que lo publicó la Academia Alfonso X el Sabio de Murcia, me ha resultado muy interesante, abarca varios siglos en su repaso; y empieza en la edad media, donde casi todas las escritoras son monjas, y finaliza con las escritoras de las que se tenía constancia hasta 1986, entre la que nos podemos encontrar una revisión de la obra de Dionisia García, por ejemplo. Aunque le pondría la pega de que no cuenta con una bibliografía donde poder consultar el sin fin de obras que se nos describen a lo largo de la obra.
Destaco que las autoras de las que se hace eco el libro, son en su mayoría poetas, el género mayor trabajado por ellas.
Es interesante la revisión que hacen de la obra de Carmen Conde, cartagenera, primera académica de la Real Academia; y de María Cegarra, natural de La Unión, primera mujer licenciada en Química en España.
Traigo de sus páginas el uno de los poemas que más me han gustado de María Cegarra, de su volumen de poemas Desvarío y fórmulas (1978):
¡Cuánto azul para encontrar la sal!
En múltiples azogues del mar
–espejos de la luz– está la sal.
La lección no habla de azul.
Y se ve, se toca, se respira,
llena la voz, ahonda la palabra,
se cuaja en las pupilas.
El mar, la mar, el aire, azules.
Blanca la sal de ellos nacida.
El viento, el sol, beben azul.
Queda la sal, espuma de los caballos de la mar.
Un grano de sal, floración del azul
que día su pureza escondida.
Una gota de mar, ardiente lágrima.
Llanto de universo la mar.
Callado azul. Blanco silencio.
Latido interno. Sangre del mar.
Inconsumible gozo de tangible infinitud.
"Dios está azul"
Al finalizar el libro he quedado llena de poesía, gracias a las obras de esta increíble lista de mujer es poetas, y ante la lectura de tanto verso de calidad.
Y esto me ha llevado a pensar que los libros son para ser leídos, y este libro ha seguido teniendo vida en mis manos; a pesar de que el escritor y el dueño ya no están entre nosotros.
A continuación dos artículos de prensa sobre la pérdida de ambos: