En estos
tiempos de crisis da la impresión de que la política es un gran engaño y de que
los políticos que gobiernan hablan sin llevar razón justificando sus medidas de
recortes aquí y allá con argumentos nada fiables.
Pues bien, en
un intento de desenmascarar esta sarta de mentiras políticas que nos invaden, y
buscando de alguna manera entender los mecanismos dialécticos que hay tras los
discursos políticos de los que gobiernan principalmente, me he acercado a esta
pequeña obra de Arthur Shopenhauer El arte
de llevar razón expuesto en 38 estratagemas.
Después de
una atenta lectura, la cosa consiste en identificar en el discurso dialéctico
del político que gobierna de forma engañosa alguna de estas estratagemas
expuestas por el autor, para así, demostrar de una vez por todas su gran
mentira. También puede que, en nuestro intento de indagar en los discursos
políticos buscando el engaño, nos parezca encontrarnos con alguna verdad, cosa
rara y difícil, aunque no descartada; y que aun pareciendo verdad, debemos tomarla
con suspicacia por si acaso se estuviera sirviendo el político de alguna
estratagema no registrada por Shopenhauer. Lo cual nos indica que debemos
andarnos listos, activando nuestro pensamiento crítico siempre ante el discurso
político.
Antes de mostrar
una de las estratagemas expuestas por el autor que tratamos, decir que aunque
el político las utilice no es indicativo de su grado de cultura, ni de su
formación; pues de sobra es sabido que a menudo la formación de los políticos
es escasa, muchos no han tenido ningún trabajo remunerado fuera de la política
en su vida, otros carecen de estudios universitarios, e incluso muchos se
atreven a gobernar un país sin dominar un segundo idioma (al menos deberían
dominar el inglés para entenderse a nivel internacional, imagino). Y pienso
entonces que, dichos políticos parecen haber adquirido de forma instintiva este
tipo de argucias para llevar razón sin llevarla, o incluso puede que alguno
haya nacido con ella.
“Provocar la cólera del adversario, pues, en
su furor, no será capaz de juzgar correctamente y percibir su propia ventaja.
Se irrita su cólera haciéndole, sin disimulo, algo injusto, vejándolo y, sobre
todo, tratándolo con insolencia.”
Y esto me hace pensar en la cantidad de personas indignadas en la
actualidad con los que gobiernan, y que si aplicamos la estratagema Nº 8
descrita por Shopenhauer no nos queda más remedio decir que, es un signo
inequívoco entonces de que quieren llevar razón sin llevarla, y que si esto es
así, no debemos desanimarnos, pues advertidos como estamos por el autor de
estar siendo engañados, debemos saber que nos encontramos con ventaja según
apunta también dicha fórmula, y es nuestra responsabilidad, según podamos, de
solucionar esta mala situación.
Apostar por la cultura de los ciudadanos es invertir en una gran empresa. Los recursos humanos de un país están en juego.
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